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13 abr 2022

Reseña: Next - Silencio Nocturno (1989)

 Refinando la fórmula

1989 Silencio Nocturno. Portada de la versión Avanzada Metálica

Volvemos para escuchar el segundo asalto de los Patos de Next. En este caso, se les une el bajista Héctor Morales para poder conformar un cuarteto que muestra una evolución a la fórmula de su primer disco y nos entregan Silencio Nocturno.

El grupo nos vuelve a entregar un buen álbum de sólido thrash que inmediatamente te traslada a esa época dorada a finales de los 80’s. Aquí no hay giros de tuerca progresivas ni exhibicionismo innecesario, pero sí hay una fórmula que funciona y suena de maravilla. La adición del talento de Morales en el bajo es precisa y añade un poco de “color” en secciones donde sorprende y ayudan a que los riffs de guitarra no suenen planos. El trabajo de Erick en la batería es pulido y maduro a nivel de un músico que comprende exactamente lo que el tema necesita y añade redobles solamente en momentos justos. Esto calza de maravilla con los temas, alternando la velocidad y fiereza con acentos puntuales que acompaña a estos riffs que nos presentan Carlos y Sergio en unas guitarras cuyo tono tiene dos cualidades, suenan afiladas pero bastante claras. No obstante, hay algo en la mezcla de las guitarras que no sólo resulta un poco cansado conforme avanza el disco sino que en ocasiones rivaliza en volumen con la voz de Carlos y que pierde un poco de protagonismo en los solos, una cosa es silenciar los medios en el amplificador, pero a veces uno se pasa de la raya al extender esa ecualización a toda la mezcla final.

Hay muy buenos riffs en el disco y que con justa razón hicieron de sus canciones algo que se te queda pegado en la cabeza. Hay un poco más de experimentación, y es que aprovecharon la nueva alineación con dos guitarras con las armonías por aquí y por allá. De nuevo escuchamos solos de guitarra que no acostumbran a extenderse más de la cuenta, a veces muy acertados y a veces, poco inspirados; por otro lado, es quizás por la ecualización en la mezcla que se pierden dentro del sonido del resto de la banda y se sienten como un grafiti en la pared en vez de un cuadro enmarcado que sale de ella.

El álbum nos recibe con una primera mitad conceptual, Carlos Alanís, vocalista y líder de la agrupación, quien pasó de ser bajista a tomar la segunda guitarra, ha mencionado que se basaron en la película Alcatraz. Por lo cual, escucharemos la travesía desde El Juicio, que se convierte en un estandarte de la banda con ese riff principal simple pero icónico desde la primera vez que lo escuchas. Nos abrimos a una experiencia que va alternando velocidades y complejidad, tras la cual experimentamos a la desesperación claustrofóbica del encierro (Poco Tiempo), la determinación y el proceso de fugarse (Vamos a Escapar), para así reflexionar sobre las consecuencias de haber cumplido una condena (Mirando hacia atrás). Algo que incomodará a quienes busquen una narrativa lineal y consistente será la línea “esa condena ya la cumplí”, pero es demasiado rebuscado pensar en ello como para considerarlo dentro de una crítica seria al álbum.

Para el cierre de la primera mitad, nos recibe una intro de sintetizadores bastante ominoso y un mensaje invertido (“Se cumplió el destino de la humanidad. La herencia de la humanidad es este mundo mutante”). Mundo de mutantes no sigue con la historia de la prisión, pero sí da continuidad a las dos partes de Holocausto en su primer disco con un pasaje horroroso más fantasioso; lo cual dista bastante del realismo crudo que nos encontraremos en el resto del disco. Con respecto a temática, no hay queja alguna; aunque hay que reconocer que la escritura no es un fuerte este álbum, pero tampoco es algo que dilapide todo lo demás.

La segunda mitad del disco sería quizás la más pesada con el tema que da título al álbum y Cámara de Gas, que ofrecen pasajes con narrativas oscuras y crudas, acompañados de riffs inmisericordes que los convirtieron inmediatamente en clásicos. Todo este escenario de muerte se ve interrumpido por una pieza instrumental y acústica bastante atrapante, Norma Jean Baker no fue solamente el nombre de pila de esa atractiva rubia que conquistó el mundo de su época rebautizada como Marilyn Monroe; también es una pieza de música de ensueño, bella aunque algo melancólica. Finalmente, Dipsomanía es un poco más relajada pero cuenta con un riff descarnado antes de su breve solo, así como su break-down demoledor que cierran con broche de oro una experiencia sumamente gratificante, un álbum que goza de una cota de una manufactura de alta calidad y que además está lleno de temas memorables.  

Silencio Nocturno fue el primer nombre que recibió este álbum, pero posteriormente, la compañía Discos y Cintas Denver lo rebautizaron con el nombre de El Juicio y hasta lo llegaríamos a ver en una compilación junto al disco anterior de la banda y bajo el título La Colección.


1989 El Juicio. Discos y Cintas Denver únicamente lanzada en formato casete

1991 La Colección. Acolado de Avanzada Metálica con los primeros dos discos de la banda y reeditada en 2019 por Moon Records


2001 El Juicio. Discos y Cintas Denver. 
Actual versión disponible en CD a través de Denver.


Personal

Carlos Alanís                      - voz y guitarra

Sergio Alanís                      - guitarra

Erick Alanís                         - batería

Héctor Morales                   - bajo




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