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Portada Original del EP de 1989, EMI Capitol de México. Reeditado en formato CD de manera limitada por American Line Productions. |
Cuando la música se volvió metálica
Traemos
otro debut de una de las bandas pioneras del género en México: los queretanos
Six Beer. En este caso, un quinteto, conformado por los hermanos Gerardo (voz),
Ricardo (guitarra y coros), Rogelio (bajo) y Fernando (batería) Mendoza Rangel,
junto al guitarrista Antonio Martínez Guerrero; lograron resaltar con una
propuesta potente y con un estilo bastante definido de lo que podríamos
escuchar de otras bandas de la época. La versión que revisamos es la de Discos
y Cintas Denver, que incluye 3 canciones extra: El Wine, Celda Negra y Muerte y
Destrucción.
Nos
encontramos con un material cuya producción, para el estándar que se acostumbra
a escuchar de los primeros discos en Avanzada
Metálica, suena bastante limpio y potente. El tono de las guitarras es
menos distorsionado de lo que cabría esperar, aunque sienta bien para el estilo
contenido y cuidado que lleva el álbum en general. Algo diferente ocurre con
los solos de guitarra, breves en su mayoría, pero recargados de energía y que
ayudan a crear una atmósfera amenazante y épica en ocasiones con esos arreglos
con dive-bombs de vez en cuando. De los riffs en sí, son sencillos pero
creativos, potentes y si no son maliciosos (sólo escucha el tema que titula al
álbum), logran hacerte mover en camaradería con ellos. Y vienen acompañados de
una batería que los hacen sonar como una locomotora a la que le no le dejan de
echar carbón de inicio a fin gracias al trabajo de Fernando. Hace falta
mencionar que es en la primera canción en la que la mezcla logra hacerle
justicia al trabajo de batería, ya que ésta se entierra un poco en el resto del
disco. También es una pena que las líneas del bajo no logren apreciarse en la
grabación más allá del punch en la mezcla.
El
estilo del álbum como un todo entra más en la categoría de Heavy Metal con
tintes de thrash que un material puramente thrash. Comienza dando puñetazos
violentos y cargados de fuerza bruta, sin embargo, esta sensación no se
mantiene durante toda la grabación. Echemos un vistazo al tema ‘Metálica’ así como al bonus ‘El Wine’, ambos con letras menos serias
y hechas para disfrutar con la audiencia, con una fuerte orientación hacia un
Glam que te hace pensar en los primeros discos de Pantera (antes de la llegada
de Phil Anselmo) que en el estilo decadente y furioso que se escucha al inicio
del álbum. Y para nada son malas canciones, al contrario, sus coros te invitan
a unirte y los solos, aunque breves, cautivan. Son una adición decente al disco
para aquellos a quienes les guste variar un poco lo que escucha, pero para el
fan acérrimo y purista, serán dos pistas que podrían saltarse sin problemas. Pero
fuera de estos dos episodios vivarachos, volvemos a un tren de agresividad y
fantasía apocalíptica que sin duda captan más nuestra atención.
Los
temas que logran destacar son ‘Terror
Nocturno’, ‘Maldita Profecía’, ‘Lengua de Serpiente’ y ‘Muerte y Destrucción’; todos ellos
dignos ejemplos de thrash y capaces de hacer enardecer a una audiencia en un
concierto y levantar tu puño al son de la banda. Como se dijo, a veces aparece
una pincelada de heavy metal o hard rock por aquí y por allá, sobre todo en los
coros o interludios. Un caso de esto se puede apreciar en la ambiciosa y épica
‘El Fin está cerca’, que cuenta con
varios cambios de ritmo, con una colección de riffs geniales y demoledores que
van mutando conforme avanza, subiendo y bajando la velocidad. Sería un tema
perfecto si no fuera por la manera abrupta con la que hacen aparición esas
guitarras limpias, las cuales no empatan con el nivel del resto de la
producción y es de lo menos refinado a nivel instrumental en todo el disco.
También,
vamos a ser sinceros, algo en lo que no destaca son en sus letras, las cuales
orbitan alrededor del terror y un fin del mundo catastrófico, pero que no son
consistentes en cuanto a métrica. Puedes dejar pasar las rimas en una canción,
pero cuando escuchas que Gerardo debe acelerar su pronunciación para que la
línea del verso ajuste con el ritmo de la canción, puedes darte cuenta de que
pudieron haber trabajado un poco más para que calzara mejor. El tono de la voz encaja
la mayor parte del tiempo con la música, con una aspereza que te hace tomarlo
en serio, así como tonos más limpios cuando la situación lo amerita; sin
embargo, hay momentos en los que se siente como si no supieran por dónde llevar
su melodía. Infortunadamente, esto ocurre mucho con el remate de coros como en el
de ‘Maldita Profecía’, que pierde un
poco de ese fuelle que esperas para cantarlo con ganas. Sin embargo, el punto
más bajo de todo el disco sin duda es uno de los bonus tracks: ‘Celda Negra’. Se trata de una power(less)
ballad en las que la música y el contenido de la letra no están mal, pero todo
el momento carga con el lastre de una interpretación vocal que se queda a
medias, dejémoslo así, es verdaderamente lo más lamentable de esta versión.
Pero
no vamos a terminar con una visión tan negativa, la demencia infernal que se
llega a lograr a lo largo del resto del disco pesa mucho más que sus defectos.
Es innegable que es un buen material de partida para conocer a la banda y, como
hemos visto antes, no siempre puedes exigir una obra maestra de un debut. Sólo
miéntenos y dinos que no sacudiste ese cerebro al ritmo de la banda en alguna
de las canciones, mentiroso. Esta lengua de serpiente doblemente afilada está
impregnada de veneno de metal y es un álbum que nos complace volver a visitar
en cualquier momento.
Esta versión se encuentra en el compilatorio Lengua de Serpiente/Vida Futura y puedes adquirirla en el sitio de Discos y Cintas Denver
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Lengua de Serpiente/Vida Futura |
Personal
Gerardo
Mendoza Rangel - voz
Ricardo
Mendoza Rangel - guitarra y coros
Rogelio
Mendoza Rangel - bajo
Fernando
Mendoza Rangel - batería
Antonio
Martínez Guerrero - guitarra